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La monitorización electrofisiológica cardiaca continua se realiza de forma rutinaria en la mayoría de los pacientes agudos y críticos. Un componente clave de dicha monitorización es el ECG, que proporciona una imagen gráfica continua de la actividad eléctrica generada por la despolarización y repolarización del tejido cardíaco. Estas imágenes pueden utilizarse con fines de diagnóstico, documentación y tratamiento. La monitorización electrofisiológica cardíaca por cable y telemetría está indicada para pacientes en unidades de cuidados críticos, unidades de cuidados progresivos, unidades de telemetría, áreas de cuidados postanestésicos, quirófanos y departamentos de urgencias.
Los monitores de ECG de conexión directa tienen electrodos y cables conductores que se conectan directamente al paciente. Los impulsos se transmiten directamente del paciente al monitor. Los sistemas de telemetría tienen electrodos y cables conductores que se conectan desde el paciente a un paquete de baterías que transmiten los impulsos al monitor a través de la transmisión de ondas de radio. La telemetría es útil para la deambulación progresiva y para evaluar la tolerancia a la actividad del paciente. Una desventaja de la telemetría es que la deambulación y la actividad pueden aumentar la distorsión del patrón del ECG, causando artefactos.
Colocación de un monitor cardíaco de 3 derivaciones
La electrocardiografía (ECG o EKG) estudia la actividad eléctrica del corazón producida durante la contracción y la relajación del miocardio, que suele registrarse mediante electrodos en la piel. Las señales de ECG/EKG se registran para examinar la frecuencia cardíaca, la variabilidad de la frecuencia cardíaca, el análisis de la morfología de la onda, la arritmia y otras funciones similares.
Pero puede ser un verdadero reto registrar señales limpias, especialmente cuando se realiza un ECG de 12 derivaciones. Hay numerosos elementos que hay que conseguir: el equipo de registro de datos tiene que estar correctamente configurado, el sujeto tiene que estar cómodo y hay que colocar los electrodos de superficie en el torso y las extremidades del sujeto con precisión para obtener resultados que se puedan interpretar con exactitud.
Antes de colocar los electrodos, es muy importante preparar la piel del sujeto limpiando a fondo la zona del tórax con hisopos de limpieza de la piel (alcohol). Esto elimina cualquier aceite que pueda haber en la piel y que pueda causar una desviación en sus señales de ECG/EKG.
Para determinar la ubicación de V1 y V2, tantee para identificar la parte superior del esternón de su sujeto. Aproximadamente 4 centímetros por debajo de éste, hay una cresta. Esto identifica el segundo espacio intercostal. Si palpa hacia abajo, encontrará los espacios intercostales tercero y cuarto. Utilice un marcador seguro para la piel para marcar el cuarto espacio intercostal como V2.
Colores de colocación del ECG de 5 derivaciones
El electrocardiograma (ECG) permite al personal médico controlar las señales eléctricas producidas por el corazón e interpretar su significado. La calidad y la precisión del ECG prehospitalario están directamente relacionadas con la calidad y el estado de los electrodos.
Al principio del turno, los paramédicos deben asegurarse de que los paquetes de electrodos tengan la fecha de caducidad actualizada. Los electrodos caducados pueden tener gel de conducción seco o defectuoso, lo que afectará negativamente a la calidad del trazado del ECG.
El personal del SME debe sustituir cualquier paquete de electrodos que tenga un código de fecha caducado. Para obtener los mejores resultados, los electrodos de ECG deben estar compuestos por una combinación de plata y cloruro de plata (Ag/AgCl). Estos tipos de electrodos tienen un tiempo de recuperación de la pantalla más rápido tras la desfibrilación que otros tipos de electrodos[1].
Para que la detección y la conducción de la señal de ECG sean correctas, el electrodo debe estar en pleno contacto con la piel del paciente, y el personal del SME debe eliminar cualquier pelo que interfiera en la adherencia del electrodo. Si la piel es grasosa, limpie la zona con una almohadilla con alcohol y seque el lugar con una toalla enérgica. Evite colocar los electrodos sobre tendones o masas musculares importantes.
Colocación de un monitor cardíaco de 5 derivaciones
Todos los pacientes de la UCI suelen requerir una monitorización continua del ECG si son clínicamente inestables. La monitorización continua del ECG puede mejorar la detección del deterioro clínico (Liverpool Hospital 2014; Moss et al. 2017).
El ECG implica la colocación de electrodos en el torso y/o las extremidades del paciente. Los electrodos se conectan a un electrocardiógrafo, que muestra una representación pictórica de la actividad cardíaca del paciente (Liverpool Hospital 2014; Mayo Clinic 2020).
Las ondas detectadas y visualizadas a través del ECG ilustran la secuencia de despolarización (corriente positiva) y repolarización (corriente negativa) generada por los potenciales de acción (impulsos eléctricos) en el corazón (Liverpool Hospital 2014; Klabunde 2019).
En los entornos de la UCI, el ECG se utiliza generalmente para la monitorización continua de la frecuencia cardíaca del paciente y la detección de cualquier anomalía cardíaca potencialmente mortal, como las arritmias, pero también puede servir para el diagnóstico (Gandhi y Lewis 2016).
El ECG mide la actividad eléctrica del corazón desde varias derivaciones (puntos de vista) para construir una imagen tridimensional de la función cardíaca del paciente utilizando planos verticales y horizontales (HEARTe 2017; Cables y Sensores 2016).