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Esterilización en autoclave
Limpieza (o prelimpieza): La eliminación, generalmente con detergente y agua, de la suciedad visible adherida (sangre, sustancias proteicas y otros residuos) de las superficies, hendiduras, dentados, juntas y lúmenes de los instrumentos, dispositivos y equipos mediante un proceso manual o mecánico que prepara los artículos para su manipulación segura y/o descontaminación posterior. [AAMI, 1995]
El primer paso en la preparación de un instrumento para su reutilización después de haber sido utilizado en un paciente es la limpieza. No se puede subestimar la importancia de este paso, ya que los estudios [Alfa, 1998] han demostrado que un instrumento sucio no se puede esterilizar eficazmente. Esto se debe a que la suciedad protege a las bacterias y los virus del medio de esterilización. Como resultado, las bacterias y los virus pueden sobrevivir al proceso de esterilización y pueden infectar al siguiente paciente.
El personal sanitario que realiza el trabajo práctico de limpieza de los instrumentos sucios debe estar protegido de la posibilidad de infección por material infeccioso en los instrumentos. Esto no es sólo una buena idea; es la ley. La OSHA, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de EE.UU., ha emitido una normativa (29 CFR 1910.1030 subparte Z) relativa a la manipulación de patógenos transmitidos por la sangre que detalla las precauciones universales que deben tomarse para evitar, o al menos minimizar, la posibilidad de que un trabajador sanitario se vea expuesto a material infeccioso. Algunos de los puntos más importantes tratados en esta normativa son:
Desinfección de alto nivel
La limpieza consiste en la eliminación de materiales extraños (por ejemplo, tierra y material orgánico) de los objetos y normalmente se realiza utilizando agua con detergentes o productos enzimáticos. Se requiere una limpieza a fondo antes de la desinfección y esterilización de alto nivel porque los materiales inorgánicos y orgánicos que permanecen en las superficies de los instrumentos interfieren con la eficacia de estos procesos. Además, si los materiales sucios se secan o se cuecen en los instrumentos, el proceso de eliminación se hace más difícil y el proceso de desinfección o esterilización es menos eficaz o ineficaz. Los instrumentos quirúrgicos deben remojarse o enjuagarse previamente para evitar que se sequen y para ablandar o eliminar la sangre de los instrumentos.
La limpieza se realiza manualmente en las áreas de uso sin unidades mecánicas (por ejemplo, limpiadores ultrasónicos o lavadoras desinfectadoras) o para los instrumentos frágiles o difíciles de limpiar. En la limpieza manual, los dos componentes esenciales son la fricción y la fluidez. La fricción (por ejemplo, frotar la zona sucia con un cepillo) es un método antiguo y fiable. La fluídica (es decir, fluidos a presión) se utiliza para eliminar la suciedad y los residuos de los canales internos después del cepillado y cuando el diseño no permite el paso de un cepillo a través de un canal.445 Cuando se utiliza una lavadora-desinfectadora, se debe tener cuidado al cargar los instrumentos: los instrumentos con bisagras deben abrirse completamente para permitir un contacto adecuado con la solución detergente; se debe evitar el apilamiento de instrumentos en las lavadoras; y los instrumentos deben desmontarse en la medida de lo posible.
Esterilización por calor seco
Limpieza (o prelimpieza): La eliminación, generalmente con detergente y agua, de la suciedad visible adherida (sangre, sustancias proteicas y otros residuos) de las superficies, hendiduras, dentados, juntas y lúmenes de los instrumentos, dispositivos y equipos mediante un proceso manual o mecánico que prepara los artículos para su manipulación segura y/o descontaminación posterior. [AAMI, 1995]
El primer paso en la preparación de un instrumento para su reutilización después de haber sido utilizado en un paciente es la limpieza. No se puede subestimar la importancia de este paso, ya que los estudios [Alfa, 1998] han demostrado que un instrumento sucio no se puede esterilizar eficazmente. Esto se debe a que la suciedad protege a las bacterias y los virus del medio de esterilización. Como resultado, las bacterias y los virus pueden sobrevivir al proceso de esterilización y pueden infectar al siguiente paciente.
El personal sanitario que realiza el trabajo práctico de limpieza de los instrumentos sucios debe estar protegido de la posibilidad de infección por material infeccioso en los instrumentos. Esto no es sólo una buena idea; es la ley. La OSHA, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de EE.UU., ha emitido una normativa (29 CFR 1910.1030 subparte Z) relativa a la manipulación de patógenos transmitidos por la sangre que detalla las precauciones universales que deben tomarse para evitar, o al menos minimizar, la posibilidad de que un trabajador sanitario se vea expuesto a material infeccioso. Algunos de los puntos más importantes tratados en esta normativa son:
Desinfección frente a esterilización
ResumenEl suministro de productos estériles para su uso en la atención al paciente no sólo depende de la eficacia del proceso de esterilización, sino también del diseño de la unidad, la descontaminación, el desmontaje y el embalaje del dispositivo, la carga del esterilizador, la supervisión, la calidad y la cantidad del esterilizante y la adecuación del ciclo al contenido de la carga, así como otros aspectos del reprocesamiento del dispositivo. El personal sanitario debe realizar la mayor parte de la limpieza, desinfección y esterilización de los suministros de atención al paciente en un departamento de procesamiento central para controlar más fácilmente la calidad. El objetivo del procesamiento centralizado es el procesamiento ordenado de los instrumentos médicos y quirúrgicos para proteger a los pacientes de las infecciones, al tiempo que se minimizan los riesgos para el personal y se preserva el valor de los artículos que se reprocesan957. Los centros sanitarios deben promover el mismo nivel de eficiencia y seguridad en la preparación de los suministros en otras áreas (por ejemplo, quirófano, terapia respiratoria) que se practica en el procesamiento central.
Garantizar la consistencia de las prácticas de esterilización requiere un programa integral que asegure la competencia del operador y los métodos adecuados de limpieza y envoltura de los instrumentos, la carga del esterilizador, el funcionamiento del esterilizador y la supervisión de todo el proceso. Además, la atención debe ser coherente desde el punto de vista de la prevención de infecciones en todos los entornos de atención al paciente, como los centros hospitalarios y ambulatorios.